BOGOTA, Colombia (AP) — La película “Operación E”, cuya presentación en Colombia fue objetada por la ex rehén de las FARC Clara Rojas por tocar apartes de la vida del hijo que tuvo en cautiverio, podrá exhibirse en el país, decidió un tribunal.
La decisión se conoció el miércoles por la noche en la página de internet del poder judicial y se difundió la mañana del jueves.
“No concede acción de tutela por no considerar actualmente conculcados derechos fundamentales del menor”, dijo el escrito del fallo de 41 páginas de la jueza Raquel Aya.
El despacho advirtió que contra la decisión procede el recurso de apelación.
Rojas demandó en diciembre que la película de producción franco española no se exhibiera en Colombia por considerar que podría afectar el libre desarrollo y salud de su hijo Emmanuel, de nueve años.
La ex rehén, una abogada de 49 años, dijo que apenas conocía el texto de la decisión y que lo estudiaría para considerar una eventual apelación.
“Todavía no he decidido, estoy hasta ahora como leyendo la sentencia y mirando su alcance y bueno, más adelante ya decidiré cuál será el mejor paso a seguir”, dijo con voz calmada Rojas en breve diálogo telefónico con la AP.
Indicó que todavía no había leído todos los alegatos y no tenía cómo comentar apartes del fallo recordando que ella negociaba con la productora un porcentaje o retribución económica de lo que recaudara la cinta y no como una forma de reparación por eventuales daños.
Según una copia del fallo, al que tuvo acceso la AP, la jueza negó la demanda de Rojas porque considera que los hechos narrados en la película son de conocimiento público y que además Rojas negociaba un acuerdo económico con los productores.
“Esta operadora judicial no encuentra conculcación actual frente al derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad (con la película) como tampoco encuentra certeza de su vulneración de este derecho a futuro, pues no existe nexo causal alguno que permita concluir que la exhibición de la película vaya imponer al menor un plan de vida diferente al que en este momento viene formando”, dijo la jueza en su decisión.
“No puede perderse de vista que en esencia, y en lo que atañe a lo conocido por el público en general, (la historia de lo que de Emmanuel se dice en la película) concuerda con las versiones noticiosas ya difundidas por los medios de comunicación”, añadió.
De este modo, “el reproche a la dignidad humana (de Emmanuel) se habría perpetuado desde hace más de ocho años, en su momento a través de los noticieros y ahora con ocasión del rodaje” del filme, indicó.
Asimismo, para la jueza el pasaje de la película que habla de las picaduras de insectos en la cara del niño y el problema en su bracito izquierdo, producto quizá de su nacimiento en medio de la selva por la cesárea a la que fue sometida su madre a manos de rebeldes, fue narrado por la propia Rojas en su libro “Cautiva”, publicado en Colombia en el 2009.
“Mal haría esta juez constitucional en prodigar un amparo socavando la garantía de la libertad de expresión”, destacó la jueza.
Pero además “indudablemente está probado en la actuación que la actora (o demandante) Clara Leticia Rojas González definitivamente sí estaba ‘negociando’ una participación económica con las productoras del filme, pero no a título de compensación integral por su condición de víctima…sino como una verdadera contraprestación por lo que ella denomina utilización de sus nombres y representaciones de imágenes a través de actores”, recordó el fallo.
Emmanuel fue en su momento noticia mundial porque su madre lo engendró y lo tuvo siendo rehén de las FARC, pero después fue entregado a otra familia, y sólo se reencontró con él en 2008, tras su liberación luego de seis años de secuestro en la selva colombiana. Rojas ha dicho que la identidad del padre del niño es su incumbencia exclusiva y que sólo lo revelará a su hijo cuando este más grande.
La cinta de 90 minutos, filmada a lo largo de siete semanas en Colombia en 2011 y estrenada el año pasado en España, es una coproducción de la firma francesa Ajoz Films y las españolas Tormenta Films y ZircoZine.
“Siempre tuvimos mucha fe en la justicia colombiana… Yo tenía mucha confianza en que se iba a hacer justicia y que la libertad de expresión iba a prevalecer”, dijo en diálogo telefónico desde España Farruco Castromán, productor de ZircoZine.
Castromán ha dicho que él mismo se reunión con Rojas en Bogotá en noviembre del 2011 para negociar el pago a la ex rehén de un 1% de la taquilla colombiana y que ella dijo que debía ser de la taquilla no sólo colombiana, sino mundial o donde la película se exhibiera. Sin un acuerdo, las negociaciones se rompieron y más tarde Rojas optó por su demanda.
El productor indicó en la jornada que sus planes son estrenar la cinta en Colombia en marzo y reiteró que la película no se centra en el secuestro de Rojas ni en su hijo, sino en la historia de José Crisanto Gómez, un campesino de 44 años a quien en 2005 los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) le entregaron a un bebé sin decirle que era el hijo de Rojas.
A partir de allí, Gómez, un cultivador de hoja de coca en el sur del país, se quedó con el niño por unos meses pero ante su pobreza, otros siete hijos que alimentar y que Emmanuel estaba enfermo, decide entregarlo en julio de 2005 al instituto oficial encargado de menores.
El niño eventualmente fue entregado en aquellos años a una familia sustituta en Bogotá y sólo cuando su mamá estaba a punto de ser liberada, en enero del 2008, fue que por datos de Gómez, del instituto y pruebas de ADN se concluyó que era el hijo de la ex secuestrada.
“Ganamos… No sólo yo gané, gana el pueblo colombiano, gana la sociedad al no estar limitados en la información”, dijo a la AP Gómez, quien actualmente vive con sus siete hijos en la localidad de Duitama, un poblado del departamento de Boyacá, a unos 175 kilómetros al noreste de la capital colombiana.
Abogados y expertos constitucionalistas consultados telefónicamente por la AP dijeron que en caso de que Rojas impugne la decisión el caso pasará a un juzgado superior y, dependiendo de ese fallo, el proceso terminará en última instancia en la llamada Corte Constitucional, que dirime asuntos relativos a la carta magna, como lo son derechos al libre desarrollo de un menor pero también el de la libertad de expresión.
La decisión del juzgado que permite la exhibición de la cinta “es de obligatorio e inmediato cumplimiento. Ella (Rojas) puede impugnar, son 20 días hábiles y luego va automáticamente a la Corte Constitucional para revisión”, explicó el abogado constitucionalista Juan Manuel Charry. Cuando Rojas argumenta que la producción afecta el libre desarrollo de su hijo “lo que dice es que la película afecta la estabilidad sicológica y la formación del menor… que podría verse afectado en su educación, en su crecimiento, en su madurez”.
“Pero… no se puede suspender la exhibición de una película por esas razones porque eso implica censura… La protección de los derechos del menor es con educación, con la guía de su padres, de sus profesores y familia, no censurando una expresión artística por mucha relación que tenga con la realidad”, indicó Charry.
Para el jurista Jaime Córdoba Triviño, ex presidente de la Corte Constitucional, lo primero que se debe hacer respecto de la tutela interpuesta por Rojas es “cumplir ese fallo”, aunque advirtió que la ex secuestrada “puede apelar ese fallo en representación de su hijo”.
El eventual caso en segunda instancia, dijo, debe ser conocido por el Tribunal Superior de Bogotá y en el caso de que nuevamente la tutela sea denegada podría ser revisada por la Corte Constitucional.
Para Córdoba, la decisión de exhibir la cinta se ajustó a la ley porque “no hay una afectación clara de los derechos del menor”.
A su turno, críticos de cine y escritores saludaron la decisión porque aseguraron que el filme trata un tema que fue público, como que un campesino tuvo a su cuidado el bebé nacido en cautiverio en abril del 2005.
“¡Qué bueno que triunfe la justicia colombiana moderna!”, dijo en entrevista telefónica el escritor colombiano Santiago Gamboa, quien fue jurado el año pasado en el Festival de Biarritz, en Francia, donde el español Luis Tosar ganó el premio al mejor actor por interpretar al campesino colombiano Gómez.
Cuando la cinta sea exhibida, los colombianos “van a ver una versión cinematográfica de un hecho histórico reciente que mantuvo en vilo a Colombia y Venezuela”, cuyo gobierno ayudó en la liberación de Rojas.
Manuel Kalmanovitz, profesor de cine de la Universidad Javeriana en Bogotá y crítico de cine en la revista Semana, dijo que “en términos generales me alegra que no la hayan censurado. El argumento de ella era absurdo, en cuanto la integridad del ‘chino’ (niño), porque el chino no tenía por qué verla”.
La acción legal de Rojas tenía “un sentido emocional que no le parece justo que la gente se aproveche de lo que ella pasó, pero lo que a ella le pasó no es propiedad de ella tampoco… fue un hecho nacional”, agregó Kalmanovitz en diálogo telefónico.